Las toallitas desmaquillantes son una opción excelente a la hora de retirar, con suma facilidad, el maquillaje del rostro cuando ya no deseas continuar teniéndolo puesto. Y aunque lo ideal es evitar utilizarlas en exceso, especialmente si no son naturales y contienen distintos compuestos químicos (que pueden incluso irritar la piel), pueden ser de enorme utilidad. Por suerte, ¿sabías que es perfectamente posible aprender a elaborar tus propias toallitas desmaquillantes en casa, utilizando para ello ingredientes cien por cien naturales?. Te explicamos qué elementos e ingredientes necesitas, los pasos a seguir para poder hacerlas, y algún que otro consejo y curiosidad más. Toma nota.
Es probable que, a estas alturas, hayas ya probado muchos desmaquillantes caseros. Y, como opinan muchos expertos, si buscas un desmaquillante casero que además de efectivo sea lo más natural posible, no hay duda que el mejor es el método de limpieza con aceite. Pero a veces puedes necesitar desmaquillarte con comodidad en el sofá mientras ves una película o lees un libro, y como es de imaginar, no vas a empezar a untarte aceite por el rostro porque acabarías echa un desastre.
En estos casos, lo más adecuado es disponer de una toallita desmaquillante natural, que podrías hacer fácilmente en casa. Esta opción ofrece interesantes ventajas, sobre todo si las comparamos con la mayoría de toallitas desmaquillantes que podrías encontrar en estos momentos en el supermercado. ¿La principal? No solo son muchísimo más económicas, sino que no contienen productos químicos innecesarios que, al final, podrían acabar resecando la piel.
Cómo hacer toallitas desmaquillantes caseras
Esto es todo lo que necesitarás:
- 15 servilletas de papel, cortadas por la mitad
- 2 tazas de agua destilada
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharada de hamamelis
- 25 gotas de tu aceite esencial favorito
- Un tarro de cristal
Instrucciones:
En primer lugar comienza cortando las 15 servilletas de papel por la mitad. Luego dóblalas en cuadrados pequeños, y apílalas en un tarro de cristal grande y limpio.
En un cuenco combina el agua, el aceite de oliva, la cucharada de hamamelis y el aceite esencial. Remueve de forma vigorosa con la ayuda de un tenedor.
Luego, inmediatamente, vierte la mezcla sobre las servilletas de papel.
Cierra el tarro de cristal y, con cuidalo, agítalo vigorosamente para conseguir empapar todas las servilletas de papel. ¡Listas!. Se conservarán a la perfección durante un mes. Por lo que, lo aconsejable, es intentar elaborar un lote nuevo cada mes.
A la hora de escoger tu aceite esencial favorito, lo cierto es que funcionan a la perfección el aceite esencial de lavanda (con propiedades antibacterianas y antiinflamatorias), o el aceite esencial del árbol del té (con cualidades antisépticas, ideal para ayudar a combatir la piel grasa).
¿Cómo usar las toallitas desmaquillantes caseras?
Cuando estés lista para retirarte el maquillaje, solo tendrás que abrir el frasco de cristal, coger una servilleta de papel humedecida, y frotarla suavemente donde las zonas donde tengas el maquillaje.
Luego, para evitar que la solución se seque, deberás volver a colocar la tapa en el frasco rápidamente.
¿Por qué es importante desmaquillarte el rostro?
Si temes la idea de tomarte unos minutos adicionales antes de acostarte para lavar cuidadosamente la piel del rostro y, así, eliminar todo el maquillaje y la suciedad propia del día, es cierto que las toallitas desmaquillantes pueden convertirse en una auténtica bendición.
Son una opción excelente y sencilla, ya que contienen una serie de ingredientes activos que, por lo general, son los mismos que encontramos en la mayoría de limpiadores que posiblemente sueles usar regularmente: fundamentalmente se basan en tensioactivos, capaces de disolver el maquillaje, además de emulsionantes y solubilizantes útiles para conseguir retirar el maquillaje, el aceite y la piel muerta.
Pero para evitar posibles riesgos, lo más adecuado es intentar utilizar toallitas desmaquillantes que tengan ingredientes cien por cien naturales, ya que en algunas ocasiones, pueden acabar irritando la piel. Es lo que ocurre cuando contienen productos químicos adicionales que liberan formaldehído, que usualmente se utiliza como conservante. Este químico se clasifica como carcinógeno, aunque a una exposición elevada. No obstante, si bien no sabemos con certeza los efectos de la exposición, o tenemos dudas, lo mejor es evitarlo siempre que sea posible ya que también se caracteriza por ser un alérgeno común.