Los zapatos de ante son un tipo de calzado básico que, con el paso de los años, han acabado por convertirse en un auténtico clásico en la zapatera no solo de las mujeres, sino también de muchos hombres. Son bonitos y combinan a la perfección con cualquier ropa, incluso sin que tengamos en cuenta el momento del año en el que nos encontramos. Aunque, es cierto, es más común utilizarlos durante los meses de otoño o invierno. Eso sí, debemos tener cuidado para evitar que se mojen, y que la humedad acabe por estropearlos. En este caso, cuando alguna mancha asoma sobre este tipo de calzado, ¿de qué forma podemos limpiarlos fácilmente?.
El calzado de ante es un tipo de zapato tremendamente bonito, el cual ha sido fabricado en piel. Y la piel, efectivamente, es un material muy delicado, lo que significa que debemos extremar las precauciones a la hora de cuidarlos.
Y no vale cualquier cosa: al ser un calzado elaborado con un material tan delicado como por ejemplo es el caso de la piel, debemos evitar aquellos elementos que pueden mancharlos y estropearlos fácilmente. Por ejemplo, este tipo de material suele llevarse horriblemente mal con el agua y con la humedad, incluso mucho más que el cuero (que ya de por sí es un material un tanto peliagudo de cuidar, limpiar y tratar).
Por tanto, aunque los zapatos de ante son resistentes también son delicados, ya que una vez se manchen es muy difícil conseguir que vuelvan a su estado original. El agua de la lluvia, por ejemplo, suele ser una de los elementos más problemáticos, en especial cuando te los pones durante el otoño o el invierno. Algo, es cierto, que sorprende mucho, sobre todo si tenemos en cuenta que son las estaciones en las que más tendemos a utilizarlos.
¿Por qué? Fundamentalmente porque al ser un material poroso al mojarse tiende a absorber el agua. Y esa humedad, si permanece mucho tiempo en su interior, acabará por endurecerse y resquebrajarse. Algo que posiblemente no querrás que suceda, ¿verdad?.
Consejos útiles a la hora de limpiar los zapatos de ante: ingredientes y pasos
Los elementos o ingredientes necesarios
De forma básica necesitaremos en primer lugar un cepillo para calzado -o zapatos- de ante. Es la herramienta más útil, ya que dispone de una serie de cerdas duras y una parte central con cerdas metálicas, que son especialmente recomendadas al permitir una limpieza más profunda.
Por otro lado, también no podemos olvidarnos de los aerosoles para zapatos, puesto que se complementan a la perfección con la acción del cepillo de ante. Alguna goma quitamanchas para ante puede ser útil cuando se trata de una mancha más bien puntual.
Una gamuza también puede ser tremendamente adecuado, puesto que es interesante para conseguir un cuidado regular, sin necesidad de tener que estar continuamente pasando el cepillo o el aeorosol.
El proceso de limpieza según el tipo de mancha
Una vez tengamos a mano los elementos necesarios para limpiar nuestros zapatos de ante, es el momento de saber qué pasos seguir en función del tipo de mancha ante el que nos encontremos. Toma nota:
- Manchas húmedas (de agua o cualquier otro líquido). En primer lugar debes secar bien el calzado. Puedes ayudarte de una toalla de papel o un paño. Así conseguirás que la humedad se absorba con mayor facilidad. Si no dispones de un paño, o no deseas hacerlo así, también puedes dejar que se sequen solos, al aire libre. Eso sí, lo que nunca debes hacer es aplicarles directamente ningún tipo de calor, ya que podría estropearlos. Luego, una vez la mancha esté seca, utiliza el cepillo de ante para suavizar el material.
- Manchas de aceite. Con la ayuda de un poco de talco para bebé o almidón de maíz, rocía el área donde se encuentra la mancha aceitosa. Ambos ingredientes son ideales, ya que son capaces de absorber los restos de aceite que hayan podido quedar. Déjalo así durante al menos 1 hora. Luego, una vez haya pasado este tiempo, cepíllalos profundamente con el cepillo de ante. Quizá la mancha sigue, si es así lo más adecuado es volver a repetir el proceso, así hasta que desaparezca.
¿Y si se trata de una rozadura? En este caso solo bastará con frotar suavemente una goma de lápiz. Y, para acabar, cepillarlos muy bien.
