¿Cuántas veces nos hemos propuesto tener una buena higiene facial y no lo hemos llevado a cabo nunca? Ya contestamos nosotros: muchas. Seguramente es porque no nos han explicado bien todas las ventajas que tiene una correcta rutina de higiene del rostro. En nuestra cabeza es un auténtico engorro mantener a raya nuestra piel, pero nada más lejos de la realidad. Es cuestión de informarse un poquito e indagar sobre qué rutina nos acopla más. Os aseguramos que un limpiador facial de calidad nos puede cambiar la vida, ¡y la cara!
Un ritual de limpieza diario nos aportará una serie de beneficios que nos interesan y mucho, como por ejemplo:
- Ganaremos en luminosidad. Al eliminar bacterias de nuestro rostro, lucirá mucho más despejado y descongestionado.
- Produciremos más colágeno y en consecuencia mejorará la elasticidad de nuestra piel.
- Eliminaremos las impurezas y células muertas.
- Con una buena rutina prevendremos el envejecimiento cutáneo.
- Regularemos el acné y la aparición de puntos negros.
- Nuestro rostro se verá muchísimo más suave.
Suena bien, ¿verdad? Además, saber qué tipo de piel tenemos es fundamental y el punto de partida para empezar a adquirir los productos que necesitamos. Si ya lo sabemos podemos ponernos manos a la obra, pero si no, debemos consultar a un profesional que nos haga un diagnóstico. Por lo general, distinguimos entre seis tipos de piel: piel normal, sensible, seca, grasa, mixta, escamosa, con manchas y erupcionescon o algún tipo de lunar que necesite cuidados especiales. Un especialista siempre nos ayudará a organizar nuestra rutina, y nos aconsejará basándose en nuestras características y circunstancias. Una vez ya tenemos claro todo lo anterior, viene lo más divertido: ¡elegir productos!
¿Qué productos son los más adecuados para tener una buena higiene facial?
El mercado está literalmente abarrotado de productos que nos prometen milagros una y otra vez. Dejemos a un lado la fantasía y centrémonos en los productos que realmente ofrecen buenos resultados. La piel del rostro es algo extremadamente sensible, y como tal debemos tratarla. Los productos de calidad tienen que ser prioritarios en la elección de nuestro kit básico. Son una garantía de seguridad y confort de nuestra piel. ¡No queremos disgustos! Así que coge papel y boli y apunta los pasos a seguir y qué necesitas para llevar a cabo tu higiene facial:
- La cara tiene que estar limpia. Es una obligación. Así que un buen limpiador facial (leche o agua micelar) nos vendrá fenomenal para llevar a cabo este primer paso.
- Una vez o dos por semana puedes utilizar un exfoliante para una limpieza más profunda.
- La exfoliación te abrirá los poros, y con el tónico se cerrarán y equilibrarás el pH de tu piel.
- El sérum también es muy importante porque contiene principios activos que penetran en la piel. Siempre se aplica antes que la crema, ya que es mucho más ligero. En este punto también podemos añadir el contorno de ojos y de labios, ya que funciona prácticamente como el sérum.
- Por último, la crema. Como son más densas, es ideal utilizarlas antes de irnos a dormir y que actúen durante la noche.
- No nos queremos dejar en el tintero la importancia de la protección solar. La exposición continua al sol puede dañar seriamente nuestra piel y existen productos de calidad que incluyen protección contra los rayos UV.
¡En definitiva! La cara es el espejo del alma, y es por ello que debemos cuidarnos tanto por dentro como por fuera. Tenemos a un solo clic de distancia productos extraordinarios esperando hacernos la vida más fácil.